miércoles, 26 de diciembre de 2012

INVICTUS

Una anécdota muy interesante de uno de los artistas románticos ingleses es la de William Turner (1775-1851), quien un día se amarró por cuatro horas al mástil de un barco durante una tormenta para experimentar todas las emociones que producía este fenómeno natural para después poderlas plasmar en sus obras. Si vemos sus obras es claro que lo logró, pues el sentimiento de impotencia del ser humano frente a la naturaleza se ve claramente reflejado en muchas de ellas.

El tema del poema Invictus de Henley me hizo recordar las obras de Turner llenas de pasión y dramatismo.




















William Turner, Tomenta de nieve, 1842

Invictus de William Ernest Henley

En medio de la noche que me cubre,
negra como el abismo de polo a polo,
agradezco a cualquier Dios que pudiera existir
por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
no me he lamentado ni he llorado.
Bajo los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero no se doblega.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
se acerca inminente el horror de la sombra,
y aun así la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino: Soy el capitán de mi alma.


(Original en Inglés)

Out of the night that covers me,
black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
for my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
my head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
looms but the horror of the shade,
and yet the menace of the years
finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
how charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate: I am the captain of my soul.

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